Oriunda de Bélgica y con cientos de años de historia, Hoegaarden es, para muchos, la mejor cerveza de trigo que puede encontrarse en el mundo.
Supo ser una de las cervecerías más importantes del mundo. Actualmente, sigue siendo producida en Hoegaarden y forma parte de la multinacional más grande del mercado: InBev.
Al margen de algunas polémicas, que incluyen un incendio dudoso y el casi cierre de todas sus fábricas, la realidad es que su histórica receta se ha mantenido y que sigue siendo una de las cervezas de trigo más vendidas.
Origen
Todo empezó a mediados del siglo XV cuando unos monjes de Hoegaarden empezaron a elaborar su propia cerveza.
Por aquellos años, Bélgica todavía era parte de los Países Bajos. Los neerlandeses tenían muchas colonias, desde donde traían todo tipo de cosas, incluidas especias que se usarían en el monasterio para crear esta receta.
Si bien las primeras Hoegaarden eran un éxito en la comunidad, lo cierto es que aún faltaba encontrar un equilibrio para que sea más disfrutable.
Las cervezas de trigo eran muy ácidas, lo que molestaba a los monjes que buscaban un sabor más agradable para el paladar.
Encuentran la receta (y nace la leyenda)
El salto de calidad se dio cuando los monjes empezaron a experimentar con pieles de naranjas y cilantros de la colonia Curazao.
Estos dos ingredientes fueron claves para lograr el equilibrio deseado y así fue como nació la receta que conocemos hoy en día.
La popularidad de la cerveza fue creciendo exponencialmente y así llegamos al siglo XVIII, momento en el que Hoegaarden era una de las cervecerías más importantes de Europa.
En 1709 tenía 12 fábricas, en 1726 ese número trepó a 36. Esto habla de lo grande que era realmente la empresa.
Debido a lo vertiginoso que fue el Siglo XX en Europa y a la aparición de cada vez más competencia, Hoegaarden empezó a perder terreno.
En 1957 cerró la última fábrica, lo que produjo un gran malestar en todo el municipio belga, que decidió no abandonar a uno de sus máximos símbolos.
Resistencia al cierre
En 1965 los aldeanos decidieron tomar medidas para conservar la histórica receta. El lechero Pierre Celis empezó a preparar lotes de cerveza en su propia granja.
El éxito fue inmediato y Celis compró una fábrica para duplicar la producción y poder así cubrir la alta demanda de Hoegaarden.
Para 1985, producía más de 75 mil hectolitros de cerveza artesanal y estaba a punto de empezar a exportar a Estados Unidos. Pero un misterioso incendio destruyó por completo la fábrica.
Hoegaarden en InBev
Interbrew, la cervecera más importante de Bélgica, reconstruyó la cervecería y la producción no se detuvo.
Tras la fusión con AmBev, Hoegaarden pasó a formar parte de InBev, la empresa multinacional más importante del sector.
En 2005, InBev decidió cerrar la fábrica en el municipio, lo que desató un fuerte malestar en toda la comunidad que logró detener la mudanza.
Hoegaarden se sigue produciendo en el mismo lugar de siempre y su éxito es contundente: 9 de cada 10 cervezas de trigo que se venden en Bélgica son Hoegaarden.